martes, 16 de septiembre de 2008

Mictlantecuhtli


La agricultura y la guerra fueron los dos aspectos fundamentales sobre los que se asentaba la economía de los pueblos prehispánicos.
En el caso de la guerra, los dioses mismos luchaban entre sí para crear al hombre y proporcionarle el alimento básico. La guerra entre los hombres se daba con el fin de obtener un tributo que se imponía al pueblo conquistado. Existía entre los mexicas y otros pueblos del Altiplano la "guerra florida" para tomar prisioneros para el sacrificio.
Recordemos que a los guerreros muertos en combate o sacrificio se les deparaba acompañar al Sol desde el amanecer hasta el mediodía. Las mujeres muertas en parto acompañaban al Sol desde el mediodía hasta el atardecer.Por eso el oriente era la parte masculina del universo y el poniente la femenina.

En contraposición con los dioses de la vida tenemos a los dioses de la muerte. Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl eran la dualidad que se encontraba en el Mictlán, el noveno y más profundo de los niveles del inframundo. Se les muestra descarnados y en ocasiones ricamente adornados.Para llegar al inframundo el hombre tenía que ser devorado por Tlaltecuhtli, Señor de la tierra, que con sus grandes fauces comía la carne de los muertos; a partir de ese momento continuaba su camino lleno de peligros para llegar, finalmente, al Mictlán.
Muchos son los animales e insectos asociados al dios de la muerte. Desde el perrito que ayudaba a cruzar el río hasta el murciélago, animal que vive en cuevas y que sale en las noches. La cueva era lugar de vida y de muerte; de ella podían nacer pueblos pero era también la entrada al inframundo, de allí su asociación con la muerte.
Entre los insectos tenemos arañas, alacranes y ciempiés, representados entre el pelo crespo del Señor de la tierra, Tlaltecuhtli.


Fuente:


Tlaloc


Este dios fue uno de los más importantes en el altiplano de México y uno de los más representados y quizás también uno de los de mayor antigüedad del panteón de Mesoamerica. Aparece representado desde la época remota teotihuacana. Se le manifestaba siempre con unos atributos característicos:
Anteojeras formadas por unas serpientes que se entrelazaban y cuyos colmillos acababan siendo las fauces del dios.
Una especie de bigotera que no era otra cosa que su labio superior. Se cree que este gran labio era el símbolo de la entrada en la cueva que comunica con el inframundo
y que deriva de la boca de las figuras olmecas.
La cara estaba casi siempre pintada de color negro o azul, más veces de color verde, para imitar los visos que hace el agua.
Llevaba en la mano una especie de estandarte de oro, largo y con forma de culebra, terminado en punta aguda; era para representar los relámpagos y los truenos que acompañan a veces al agua de lluvia.
En los dibujos de los codices
puede verse que sus vestidos tienen pintados unas manchas que son el símbolo de las gotas de agua.


El lugar conocido como el paraíso de Tláloc se llama Tlalocan y está situado en la región oriental del Universo. De este lugar procedía el agua beneficiosa y necesaria para la vida en la tierra. Las personas que morían ahogadas o por hidropesia iban a morar a este paraíso. También acogía a los que morían de la enfermedad de la lepra. Se trata de un enclave placentero, donde pueden verse toda clase de árboles frutales, así como maíz, chía (semilla de una especie de salvia que se usa en México como refresco), frijoles y más productos. La vida allí era enteramente feliz.


Huitzilopochtli


En Coatepec, por el rumbo de Tula, había estado viviendo, allí habitaban una mujer de nombre Coatlicue. Era madre de los 400 Surianos y de una hermana de éstos de nombre Coyolxauhqui.
Una vez, cuando barría Coatlicue, sobre ella bajó un plumaje,
como una bola de plumas finas. En seguida lo recogió Coatlicue,
lo colocó en su seno. Cuando terminó de barrer, buscó la pluma, que había colocado en su seno. pero nada vio allí. En ese momento Coatlicue quedó encinta. A ver los 400 Surianos que su madre estaba encinta, mucho se enojaron y lo tomaron como deshonra.
Y su hermana Coyolxauhqui propuso dar muerte a su madre por haber echo tal deshonra.Cuando supo esto Coatlicue, mucho se espantó, mucho se entristeció. Pero su hijo Huitzilopochtli, que estaba en su seno, le confrontaba, le decía:-"No temas, yo sé lo que tengo que hacer”. Habiendo oído Coatlicue las palabras de su hijo, se calmó su corazón, se sintió tranquila. Y entre tanto, los 400 Surianos se juntaron para tomar acuerdo, y determinaron a una dar muerte a su madre, porque ella los había infamado.
Pero uno llamado Cuahuitlíac era falso en sus palabras.
Lo que decían los 400 Surianos, en seguida iba a decírselo, iba a comunicárselo a Huitzilopochtli.
Y cuando finalmente estuvieron de acuerdo, estuvieron resueltos los 400 Surianos a matar, a acabar con su madre,luego se pusieron en movimiento, los guiaba Coyolxauhqui. Pero Cuahuitlícac subió en seguida a la montaña, para hablar desde allí a Huitzilopochtli y advertirle. En ese momento nació Huitzilopochtli, se vistió sus atavíos, su escudo de plumas de águila, sus dardos, su lanzadardos azul, el llamado lanzadardos de turquesa. Se pintó su rostro con franjas diagonales, con el color llamado "pintura de niño". Sobre su cabeza colocó plumas finas, se puso sus orejeras. Y el llamado Tochancalqui puso fuego a la serpiente hecha de teas llamadas Xiuhcóatl, que obedecía a Huitzilopochtli. Luego con ella hirió a Coyolxauqui, le cortó la cabeza, la cual vino a quedar abandonada, en la ladera de Coatépetl, montaña de la serpiente. El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo, cayó hecho pedazos, por diversas partes cayeron sus manos, sus piernas, su cuerpo.
Entonces Huitzilopochtli se irguió, persiguió a los 400 Surianos, los fue acosando, los hizo dispersarse desde la cumbre de Coatépetl, la montaña de la culebra. Y cuando los había seguido hasta el pie de la montaña, los persiguió, los acosó cual conejos, en torno de la montaña. Y cuando Huitzilopochtli les hubo dado muerte, cuando hubo dado salida a su ira, les quito sus atavíos, sus adornos, su anecúyotl, se los puso, se los apropió, los incorporó a su destino, hizo de ellos sus propias insignias. Nadie apareció jamás como su padre. A él lo veneraban los mexicas, le hacían sacrificios, lo honraban y servían. Y Huitziiopochtli recompensaba a quien así obraba. Y su culto fue tomado de allí, de Coatépec, la montaña de la serpiente, como se practicaba desde los tiempos antiguos.
Fuente:
Justino Fernández, "Una aproximación a Coyolxauhqui", Estudios de Cultura Náhuatl (México: UNAM, 1963), Vol. IV, pp 37-53

Quetzalcoatl


Quetzalcóatl es el nombre que dieron los pueblos de habla náhuatl al Ser Supremo. Se compone de dos raíces: Quetzal, “pluma”, y Cóatl, “serpiente”. Para los aztecas (y otros pueblos de habla náhuatl) era hermano de tezcatlipoca, en cambio para los toltecas eran rivales
Los aztecas relacionaban a Quetzalcóatl con Venus, que se puede observar como si fuera una estrella al lado del volcán Popocatepetl durante ocho meses al año, y desaparece otros tres meses; la profecía indica que esta estrella y los dos solsticios en donde se dice que Quetzalcóatl viene a la tierra dos veces al año a traer fertilidad y cosecha, sucederán hasta la segunda venida de Quetzalcóatl.
Quetzalcóatl representa la dualidad inherente a la condición humana: la "serpiente" es cuerpo físico con sus limitaciones, y las "plumas" son los principios espirituales. Otros nombres aplicados a esta deidad era: Nahualpiltzintli, "príncipe de los naguales", Moyocoyani, "quien se crea a sí mismo", Ipalnemoani, "aquel por quien vivimos" y Tloque Nahuaque, "dueño del cerca y el junto".

Una de las representaciones de esta deidad es la de un hombre barbado y blanco, por lo que durante la conquista de la Nueva España (Mesoamérica) los pueblos indígenas creyeron en un principio que Hernán Cortés era Quetzalcóatl.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Su Creación


Los Dioses se reunieron en Teotihuacan planteándose la cuestión de quién tendría la carga de crear al mundo, para lo cual uno de ellos se tendría que arrojar a una hoguera. Dos de ellos fueron seleccionados como víctimas para tal fin.
Sin embargo el más fuerte y vigoroso, al momento de lanzarse a la hoguera, retrocede ante el fuego; por lo que el segundo, un pequeño dios, humilde y pobre, (usado como metáfora del pueblo azteca sobre sus orígenes), se lanza sin vacilar al fuego, convirtiéndose en el Sol
. Al ver esto, el primer dios, sintiendo coraje, decide arrojarse a la hoguera, convirtiéndose en la Luna.
Aun así, los dos astros siguen siendo inertes en el cielo y es indispensable alimentarlos para que se muevan. Entonces otros dioses deciden sacrificarse y dar el "agua preciosa" que es necesaria para crear la sangre. Por lo tanto, se obliga a los hombres a recrear eternamente el sacrificio divino original.
Los dioses se clasifican en diferetes tipos, los cuales son:
Principales
, celestes, acuáticos ígneos, alimento, fertilidad y matriarcado, vicios y muerte.

Dioses Importantes



Huitzilopochtli (también Mextli, Mexitl, Uitzilopochtli): el dios supremo de Tenochtitlan, patrono de la guerra, el fuego y el sol. Guía, protector y patrono de los aztecas, a quienes ordenó llamarse Mexicas a partir de aquel momento desde su salida de Aztlan. Su nombre significa Colibrí Zurdo (O izquierdo) o Colibrí del sur
Quetzalcóatl (también Tlahuizcalpantecuhtli): Serpiente de plumas preciosas, dios creador y patrono del gobierno, los sacerdotes y los mercaderes. Asociado con Ehecatl como viento divino. Uno de los cuatro hijos de la pareja primigenia.
Tezcatlipoca (también Omácatl, Titlacauan): El Espejo Humeante, omnipotente dios de los gobernantes, hechiceros y guerreros; de la noche, la muerte, la discordia, el conflicto, la tentación y el cambio; daba y quitaba las riquezas y era el protector de los esclavos. Puede aparecer como un jaguar.
Tláloc (también Nuhualpilli): El que Hace Brotar a las Cosas, grande y antiguo proveedor y dios de la lluvia, la fertilidad y el rayo. Uno de los cuatro hijos de la pareja primigenia. Dios creador y uno de los cuatro soles. Fue uno de los dioses más viejos de toda Mesoamérica y tenía un templo gemelo junto al de Huitzilipochtli en Tenochtitlan.
Xipe Tótec Nuestro Señor Desollado: dios de la primavera, la germinación de las semillas y la renovación de la vegetación; además de la fertilidad. Era considerado con un patrono. Se le identificaba a veces con Mixcóatl; sobre todo como destinatario de los sacrificios gladiatorios.
Xiuhtecuhtli: la personificación de la vida después de la muerte, la luz en la oscuridad y la comida en épocas de hambruna

Fuente:
Miller, Mary, and Karl Taube (1993). The Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. London: Thames and Hudson.